El Sabinar de Calatañazor, situado en el término municipal de Calatañazor, está incluido en la Red de Espacios Naturales de Castilla y León y constituye uno de los espacios naturales más representativos de la geografía española. Este bosque de sabinas, vestigio del Terciario, fue declarado Reserva Natural en el año 2000 y está integrado en el espacio denominado Sabinares Sierra de Cabrejas, que abarca 327 Km², es Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y forma parte de la Red Natura 2000.
El Sabinar y su pequeña cabaña.
Este bosque se encuentra a 1.000 metros de altitud y algunos ejemplares alcanzan hasta 14 metros de altura y más de cinco de diámetro.
Adentrarnos en el bosque es cruzar una línea en el tiempo, rodearnos de árboles milenarios que vivieron en otra era y que descansan en terreno llano.
Cuando se camina hacia la masa arbórea se pisa un suelo verde, esponjoso, y sentimos la protección de estos gigantes. Las sabinas absorben la fuerza de la tierra y apenas dejan energía a otras plantas. Observad el sabinar despacio, en silencio y disfrutareis de la magia de este bosque para siempre.
Una sabina partida ¿por un rayo?
Hay un ejemplar derribado por un rayo o por el paso de la eternidad, quién sabe, las sabinas envejecen lento, pero este árbol conserva el verdor en sus hojas, como si la savia todavía corriera por sus venas. Sus raíces se resisten a morir.
Muy cerquita de este paraje natural se encuentra el Monumento Natural de la Fuentona, con galerías subterráneas y una cascada. Por el Ojo de La Fuentona surgen las aguas del acuífero denominado Sierra de Cabrejas, es el nacimiento del río Abión. Ambos espacios naturales, La Fuentona y el Sabinar, comparten Centro de Interpretación del Palacio de Santa Coloma, en Muriel de la Fuente, donde descubriréis más información del entorno a través de diferentes herramientas didácticas.
Detalle de la corteza de una sabina.
¿Por qué nos encontramos con sabinas tan altas y robustas en este espacio natural? Porque han crecido en un territorio respetado y cuidado por el ser humano, como dehesa ganadera, lo que ha facilitado la fertilización del terreno, y por otra parte, su localización, en la profundidad del valle. Se trata de uno de los pocos montes de utilidad pública.
El Sabinar de Calatañazor tiene una superficie de 22 hectáreas de sabina albar (Juniperus thurifera), conocida popularmente como enebro entre los habitantes de la zona.
Son árboles supervivientes a las condiciones meteorológicas extremas, de fuertes contrastes térmicos. Digamos que sus órganos (hojas recubiertas por una gruesa cutícula) y extremidades (raíces profundas para obtener alimento) están adaptadas perfectamente al medio, algo que no pueden decir otras especies vegetales. El sabinar es cobijo de murciélagos, lirones, palomas, abubillas, etc.
Las sabinas dominan el paraje sin mezclarse con otras especies de árboles.
En este Espacio Natural se halla un ejemplar único incluido en el Catálogo de Árboles Singulares de Castilla y León, un documento que recoge los árboles como un elemento más del patrimonio natural y cultural de Castilla y León. En enero de 2010, este catálogo estaba compuesto por 143 ejemplares pertenecientes a 68 diferentes especies vegetales. Se trata de una sabina extraordinaria, de grandes dimensiones, la reina del bosque, de la especie Juniperus thurifera, de unos 400 años de edad, una altura de 20,5 metros y un diámetro troncal de 1,30 metros. Es un árbol monumental formado por 5 guías que surgen desde su base. Su singularidad deriva del porte, edad y tamaño del ejemplar. El árbol presenta buen estado fisiosanitario en general.
Las sabinas son grandes supervivientes, árboles que han crecido en condiciones adversas para muchas especies vegetales: terrenos áridos, pobres y expuestos a fuertes contrastes térmicos.
¿Qué secreto guardan las sabinas de Calatañazor? Te proponemos perderte en el sabinar y escucharlas en silencio para contagiarte de toda su energía. ¿Será magia? Nosotros creemos que sí.
Dicen que esta sabina tiene más de 400 años.
El sendero de las sabinas es una ruta (PR-SO 3) que conecta tres espacios naturales de la provincia de Soria: el Sabinar de Calatañazor, La Fuentona y el Parque Natural del Cañón del Río Lobos, entre los pueblos de Ucero y Calatañazor, a través de Muriel de la Fuente.
Es una ruta bien señalizada, de 30 km de recorrido con punto de partida en Ucero. Podéis hacerla caminando o en bici, la dificultad es media – baja, con 100 metros de desnivel. En la ruta encontraréis bosques de sabina, rebollos, quejigos, encinas y pinares. El Sabinar se encuentra a 1,7 kilómetros de Muriel de la Fuente, a 3,7 kilómetros de La Fuentona y a 3 kilómetros de Calatañazor.
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